Íbamos a lanzar un Pecan Pie. Estaba todo listo.
Tenía nombre, concepto, sesión de fotos y hasta música mental de fondo.
Solo faltaba un detalle: conseguir nueces de Pecan. Básico, no?
Y bueno… no pasó.
Y en vez de frenar el horno, decidimos hacer lo que haría cualquier persona sensata con antojo: Hornear el Plan B. Mejorarlo. Crear la versión 2.0.
Así nació el Pecanless Pie.
Una base de masa crujiente con relleno de nuez en caramelo, que no tiene pecanas, pero tiene todo lo que un pie tiene que tener: dulzor, textura, y ese efecto de “por qué no me avisaron antes?”.
¿Es un Pecan Pie? No.
¿Importa? Tampoco.
Porque lo probamos y la verdad... está demasiado bueno como para quedarse fuera del menú.
A veces las cosas no salen como planeamos.
A veces salen mucho mejor.